CAPITULO 1
Una noche John estaba escribiendo un artículo sobre una
película para una nueva revista cinematográfica. Cuando su amigo al cual no
veía hace unos meses le dice que tiene una idea para salir de la ruina.
Entonces fue cuando froto sus ojos verdes cansados mirando un reloj que colgaba
en ese apartamento de veinticinco metros cuadrados
que casi no podía pagar, mientras se apoyaba en el fogón de la cocina que
estaba junto a su cama.
John no le quiso
preguntar cual era esa gran idea a Harry, ya que se lo imaginaba. Asi que le mando que se
fuera. Porque no quería meterse en líos ya que, aunque cobrase poco como crítico, era legal. Harry se fue y John se miró en el reflejo del ordenador viendo su
rostro pálido y sus verdes ojos medio tapados por el pelo rubio desgastado gracias a la falta de higiene.
Se puso a pensar lo mucho que le hacía falta salir el dinero. Salir de la ruina. Se pensó como seria todo con dinero.
En otra parte del país, en ese mismo momento, un federal que acababa de perder a su compañero. Arthur estaba lamentado la muerte de su compañero
mientras se miraba a un espejo, llorando. Observando su propio rostro. Esa
nariz chata que le hacía diferente. Se fue a afeitar esa barba castaña cuando
se tropezó por una llamada de uno de sus superiores. Era el comisario, lo cual le
hacía pensar que sería importante.
- Dígame, señor comisario -. Contestó Arthur.
- Arthur, ¿se acuerda
de ese caso de robo? ¿en el High Museum of Art?
- ¿La
pieza de colección Haverty? - inquirió el comisario.
-Exaxto. Los que obsequiaron con un lazo - dijo con la voz teñida de sarcasmo -. Tenemos un soplo, van a volver a actuar en el museo del Loubre -. Le informó su superior.
- Pero, ¿es fiable? - preguntó Arthur inseguro.
- No lo sabemos, pero hay que
averiguarlo. Por eso, te quiero a ti. Quiero que trabajes con una agente de la Interpol. Me han dicho que es bastante buena. Ya lo averiguaras tú, por tu propio pie.
Y John cogió el teléfono
y llamo a Harry y le dijo que lo haría pero se lo tenía que decir antes, y
cuando se lo dijo empezó a gritar y a decir que no, al de un rato de colgar
mientras estaba lamentándose llego un hombre moreno y barbudo que repentina
mente saco una pistola del pantalón y le amenazo con ella diciendo que tenia
que hacer la misión.
